LOS CAMBULLONEROS-EL CAMBULLÓN
La actividad del Cambullón surge a fines del siglo XIX en el Puerto de La Luz y de Las Palmas, en Gran Canaria, y en Santa Cruz de Tenerife, y disminuye desde los años 60 del siglo XX. En el caso del entonces joven y emergente puerto isletero de Las Palmas de Gran Canaria, de los puertos atlánticos más importantes del mundo por su tránsito, su dimensión adquirió cotas internacionales.
El Cambullón consistió en un oficio de compra y venta, casi siempre en forma de trueque, que se realizaba con los numerosos barcos de distintas nacionalidades que discurrían por Gran Canaria, tanto ingleses, como alemanes, daneses, portugueses, rusos, italianos, argentinos, estadounidenses, etcétera.
El origen del vocablo cambullón presenta dos teorías, por un lado la posible procedencia portuguesa del mismo ( El léxico canario acoge el lusismo “cambalache” como “comercio de trueque acordado y apalabrado” ), y por otro la probable procedencia inglesa, más aceptada ( “ Can buy on ? “ o “Come buy on” que significa “ ¿ Puedo comprar arriba “ ? “ y “Vengo a comprar arriba”, o “Sube a comprar” que muchos cambulloneros escribían en un cartel para que fueran entendidos por los tripulantes extranjeros. De ahí que en varios textos aparezca también el término “cambuyón” y “cambuyonero”.
Entre los Cambulloneros había escalafones por su veteranía. Por un lado los más jóvenes solían comenzar como “Chicobote” en el sentido de remar o llevar la pequeña embarcación con la mayor destreza posible, pues había una gran competencia, y por otro lado estaban los “Bombistas”. El Bombista, era el encargado, el cambullonero autorizado por el Capitán de a bordo para negociar y comerciar. Así mismo, también se daba el Cambulloneo en tierra, en el propio muelle, una vez que bajaban tanto la tripulación como el pasaje. El sistema de Puertos Francos les permitía la rentabilidad y ejecución de sus actividades, con elevados beneficios, llegando a disponer muchos de grandes sumas de dinero en efectivo que la leyenda popular dice que por parte de muchos se dilapidaba en locales de ocio de la zona, aunque otros sentaron las bases de alguna fortuna. Con la supresión en 1976 de la estructura de Ley de Puertos Francos, la actividad del cambullón comenzó a desaparecer.
El Puerto de la Luz se desarrolló sobremanera entre el último tercio del siglo XIX y el primer tercio del XX, a través del trabajo obrero portuario del abastecimiento de carbón, conocido como “Carga Negra”, como del movimiento y trasiego de mercancías, denominado “Carga Blanca”. Como el oficio de Cambullonero se fue extendiendo con suma rapidez, las autoridades competentes consideraron el someterlos a un cierto control administrativo a través de un censo, expidiendo y entregándoles a ellos un carnet que por su color muy oscuro se le conoció como “Carnet Negro”.
Los artículos con los que comerciaban los cambulloneros eran de lo más variopintos: Por lo general, ofertaban productos artesanales típicos de nuestra tierra, como calados, cestas de mimbres, timples, bordados, ron, cigarros, puros, collares, plátanos, en gran proporción pájaros canarios en jaulas, transportados en maletines o maletas de medianas y grandes dimensiones, a cambio de productos traídos por la tripulación que resultaban valiosos para la población grancanaria, como relojes, cámaras de fotos, medicamentos, jabones, bebidas, radios. En tiempo de la dura postguerra a la Guerra civil, después de 1939, la aportación de los Cambulloneros para conseguir penicilina sobre todo desde barcos argentinos fue fundamental para el abastecimiento médico de la Isla en un periodo de aislamiento político y económico. Este último hecho hizo que el muelle que solían frecuentar los Cambulloneros en la zona de El Refugio tenga la denominación oficial de Muelle de Sanapú o Muelle de Sanapur, también Muelle de Los Cambulloneros, derivado de la popularización de la frase “Muelle donde se sana la pús”.
Los Cambulloneros dieron lugar a multitud de picarescas. En las primeras décadas del siglo XX, si algún capitán les era esquivo, algunos se hacían pasar por prácticos del Puerto, y mientras uno dirigía la maniobra con el capitán, los otros trapicheaban con la tripulación, hasta que aparecía el verdadero Práctico y los cambulloneros huían. Solían vivir o residir generalmente en los barrios de La Isleta y de El Refugio, en menor proporción en Guanarteme, hecho lógico dada la proximidad de dichos barrios con el recinto portuario de La Luz.
Los botes con los que generalmente se movían los cambulloneros fueron uno de los gérmenes de la Vela Latina Canaria, junto a las embarcaciones tradicionales de pesca de los marineros de La Isleta, Hoya de La Plata y San Cristóbal. Solían trabajar elegantemente vestidos, algunos con chaqueta y corbata, en días de calor con camisas finas, pantalones de salir, y cubiertos con cachucha o sombrero.
Entre los Cambulloneros más conocidos, destacaron entre otros Miguel Caldera “El Cubano” quien se hizo llamar en sus primeros años como Miguel Montenegro, Jacinto Mariano Torres Pérez conocido como Cámaras, José Pepe Santana Ortega, José Pepe Miró, Pedro Perico Acosta, Pachiquito, Francisco Pancho Pahíndo, Pedro Santana, Santiago Sánchez y Agustín Sánchez, padre y tío de la artista cantante Mary Sánchez, respectivamente.
El Cambullonero pertenece a nuestra historia, a nuestro acervo cultural y por ende, a nuestro Folclore, de ahí la Isa del Cambullonero, registrada bajo la autoría de Néstor Álamo, y cantada por la magistral artista Mary Sánchez, nacida en la calle Salvador Cuyás, en El Refugio, criada en La Isleta, e hija del cambullonero Agustín Sánchez y de Dolores Lolita Ramírez, purera, y que también cantaba muy bien:
De La Isleta al Refugio
Al Muelle Grande
Son los hombres valientes
que Dios los guarde
Quiero yo a un cambullonero
que me tiene enamorada,
él quiere que yo le quiera
pero él no me quiere nada
de La Isleta al Refugio…
Yo soy Chona La Cangreja
nieta de Pancho Pahíndo
yo nací cambullonera
y mi madre lo mismo
mi padre murió en la costa
¡Virgen de La Soledad!
Vino un viento y viró el barco
y se lo tragó la mar.
De La Isleta al Refugio…
Y aunque vengan temporales
y aunque asople el vendaval
quiero yo a un cambullonero
¡que es valiente!
¡que es moreno!
Y es un hombre de verdad
FRANCISCO JOSÉ CABRERA DOMÍNGUEZ
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