EL PERRO MALDITO QUIERE LADRAR…Y MORDER
Valsequillo encara la recta final para la 32 edición de la Suelta del Perro Maldito, una puesta en escena que este año pretende centrarse un poco más en la leyenda que dio lugar a esta representación anual. A las doce de la noche del viernes al sábado próximo, se soltará la bestia y sembrará el terror. 200 personas trabajarán para recrearlo.
La actividad es frenética en el campo de tierra del colegio de Valsequillo. Aquí está el centro de operaciones de la Suelta del Perro Maldito, la que sigue siendo la mayor muestra de teatro callejero y popular de Canarias. Y nadie para quieto. Menos aún esta semana. Están casi a ensayo general por día. No hay tiempo que perder. Se acerca el día grande. Mejor dicho, la noche grande, la del viernes al sábado próximo. En cuanto den las doce, la tradición dice que el perro, o lo que es lo mismo, el diablo, se desentiende de sus cadenas y se suelta. Este año no va a ser menos. Es más, por lo que avisa Lisandro Rodríguez, director artístico de la Suelta, este año será peor. El perro viene con ganas. Esta vez ladrará menos y morderá más. O sea, dará más miedo.
Es de lo poco que suelta Lisandro de esta edición, la número 32. Como siempre, el guion, la temática y la identidad del mismísimo perro son los secretos mejor guardados. Pero avanzó algo más. Por ejemplo, que los niños este año jugarán un «papel fundamental». Tendrán «el protagonismo que se merecen». Y será, de hecho, una de las sueltas con mayor presencia de críos. Calcula que una veintena. E hizo otra confesión. En la puesta en escena de este año tratarán de volver a la esencia de la leyenda del perro.
«Llegamos a la conclusión de que estábamos cayendo en la redundancia, siempre con el tema del político es malo, parecíamos más un periódico que hace denuncia social que una obra que representa la suelta del perro maldito», añade Lisandro. Por eso este año se centrarán en la leyenda, aunque será «una leyenda alternativa con tres personajes principales, entre ellos el perro». Advierte de que «será algo muy nuevo». La idea, añade, es que la gente que se anime a subir a Valsequillo note que le harán viajar en el tiempo y en el espacio a un mundo fantástico de demonios, monstruos y otros seres raros que le harán sentir miedo. «Queremos dar un poquito de susto».
Con ese objetivo de partida, este año han hecho un esfuerzo por «transmitir aún mayor realismo» en el atrezo y en la escenografía. En esa tarea se pegaron julio y agosto, y lo hicieron organizados en talleres de zancudos, maquillaje, vestuario e infraestructuras, manejando material reciclado, dentro siempre de su filosofía low cost, que es marca de la casa, igual que el carácter amateur de los participantes. Aquí no hay estrellas ni camerinos. En este espectáculo es Valsequillo el que sale a escena. Hasta la organización en sí está en manos del pueblo, en concreto, de la Asociación Cultural Amigos de la Suelta del Perro Maldito, que preside José Manuel Torres y que asume tareas de logística. El Ayuntamiento, eso sí, echa un cabo.
Este mismo martes hubo ensayo. Hilan fino porque en la puesta en escena de este año habrá mucha interacción entre el escenario y la calle. Y porque no es fácil coordinar a los 100 personajes, más otras 100 personas entre bambalinas, que se batirán el cobre para hacer de Valsequillo un mundo de miedo. Al menos durante esa media hora.
GAUMET FLORIDO (CANARIAS7)
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