NUESTRA MANERA DE HABLAR
Cuando vamos conduciendo y nuestro coche roza con algo por debajo lo sentimos como si el roce nos lo diéramos nosotros, algo parecido me suele pasar cada vez que oigo a un paisano o paisana nuestra utilizar expresiones peninsulares. Cada vez prolifera más esta actitud en nuestra gente por el dichoso complejo de creerse inferior por hablar canario en vez sentir orgullo de nuestra manera de hablar.
Hablar canario no es, como dice Ramón Trujillo en el prólogo del libro “En defensa del habla canaria de Marcial Morera”, ensartar un vulgarismo tras otro, eso pasa cuando las personas que así se expresan carecen de una adecuada cultura, porque una cosa es hablar de manera folklórica y afectada, que a veces despierta en uno vergüenza ajena y algo de pena, y otra muy distinta hacerlo sin prejuicios y utilizar nuestras propias y singulares expresiones para hablar en familia, con los amigos o en el congreso de los diputados. Nuestras madres utilizan la expresión, “no verdad” y seguro que a mucha gente le parece un hablar “mauro”; sin embargo oímos a un argentino decir, “no cierto” ¡oiga! y que bonito suena. Vamos a ver ¿por qué muchísima gente dice globo en vez de sopladera, es que le da vergüenza? Jamás he utilizado la palabra globo refiriéndome a una sopladera, no sé si me creerán, pero a mi todos me han entendido siempre que he utilizado esta última. Y una cosa curiosísima es que todos/as sin excepción cuando en un control le ponen el alcoholímetro dicen ¡chacho, ahí bajo estaba la policía poniendo la sopladera. Señores aquí hay algo que no cuadra…
Seguro que los mejicanos, que también hablan el castellano, no sienten vergüenza cuando uno de ellos le dice a un chiquillo chico escuincle, palabra que viene del náuatl, o chamaco procedente de la anterior también. Los uruguayos, los argentinos y paraguayos le dicen pollera a la falda de la mujer y no sólo no les da vergüenza utilizar este término sino que hacen canciones en las que incluyen esta palabra, canciones conocidas fuera de sus fronteras y además entendidas como aquella de “y vení pacá mi negrita soledad, con su pollera colorá”. Con todos esos giros y expresiones de los distintos países de habla hispana lo que se consigue, a mi modo de ver, es un enriquecimiento del idioma, pero muchos canarios lo que hacen es, precisamente empobrecer nuestra habla con palabras y expresiones importadas venidas de la península, o como se dice ahora “de península”, pero bueno, ¿es que si a ti te traen algo de la Gomera dices, me lo trajeron “de Gomera”?, seguro que no ¡hombre! si fuera de Tenerife escapa porque no necesita artículo, pero de la península, de la Gomera, etc., ahí mis niños chiquititos, ahí hay que poner, o pronunciar, el artículo para hablar de forma correcta. Y ya que estamos hablando de correcciones e incorrecciones ¿por qué suena tan mal en los delicados oídos de los canarios acomplejados por su propia manera de hablar sus palabras genuinas y no les pasa lo mismo cuando oímos a un español de pura cepa a los que eufemísticamente decimos “peninsulares”, cuando oímos, como digo, a uno de ellos decir, por ejemplo, déjame “dor” duros (todavía pienso en pesetas) , el que no me crea que oiga por la mañana en radio nacional al locutor de los deportes Pepe López Ferrada, este hombre todo lo que se dice con “ese”, él lo dice con “erre” ¡ojo! El muchacho (que no mullallo como dicen los godos papafritas cuando tratan de “imitarnos”) me cae muy bien, pero una cosa no quita la otra. Fíjense hasta que punto llega este problema que ha llegado a crear confusión en nosotros mismos; seguro que han visto ese famoso vídeo de un señor de Tenerife que le canta las cuarenta a un godo enterao que despotricó sobre las islas canarias, bueno, lo que dijo el godo es lo que algunos hemos visto hace muchísimos años, pero parece ser que muchos no se creen las cosa hasta que no las ve, o como en este caso hasta que no las oye. Bien, aquel canario encochinado con toda la razón del mundo entre otros insultos utilizaba el de”so”, (“so cabrón, so jediondo, etc.”) hombre, a mí que me registren, pero en toda mi vida nunca le oí decir a mis padres ni a ningún canario antiguo ese término que me parece tan español como el sois, eso sí, estoy totalmente de acuerdo con el tinerfeño, me di un gustazo viéndolo que me quedé con magua de que el vídeo no fuese más largo.
Yo creo que este tema es una cosa extremadamente seria y todas las personas que se indignan cuando le largan a uno eso de ”pillar”, ”cubo”, ”alambre”, ”globo”, ”bombilla”; expresiones españolas peliculeras y cursis a más no poder como, “va a ser que no”, “yo también te quiero”, “te va a pillar el toro”, “genial”, “fantástico” ; proliferación del uso del pretérito perfecto en vez del imperfecto tales como, “he ido”, en vez de fui, “he comido” en vez de comí y un interminable etcétera. Pues eso, que si las cosas se dicen está muy bien, pero si además se actúa está muchísimo mejor, por eso digo que los que consideren que ese empobrecimiento de nuestra habla afecta a nuestra sociedad canaria y sobre todo a nuestro futuro, actúen con honestidad y en la manera que puedan pues, echen un cabito, y seguro que a muchos haremos entrar de nuevo en la senda de nuestra genuina canariedad. Yo por mi parte seguiré haciendo como Pepe Monagas con respecto a don Pedro el batatoso, majarles las mechas a todo el que largue un “peninsularismo” delante de mí. Y todos en general también deberíamos hacer, con este tema, como la respuesta que le dio Pepe Monagas a don Osé el espiritista cuando le indicó que si quería curarse tendría que dejar de beber y de fumar; Monagas le respondió a don Osé: “echaremos una mano”.
No recuerdo muy bien una anécdota que leí cierta vez, pero era más o menos que un canario culto hablaba en no sé qué foro allá en la península y el hombre metía todos los habéis, tenéis que podía. En eso se levantó un ilustre personaje español, que me parece que era Fernando Lázaro Carreter, y le dijo al orador: “señor (fulano) deje de esforzarse y hable con ese gracioso gracejo canario”. Le pasa eso a uno, hace un hoyo allí y se entierra.{jcomments on}
Agustín del Pino Calderín
¡Noble raza! Si caíste
ante tus conquistadores
ante la historia subiste;
que hasta en la muerte supiste
despreciar los invasores.
Secundino Delgado.