ENCUENTRO BAJO LA LLUVIA

El presidente Ángel Víctor Torres fue a Madrid -según se puede colegir – a dos cosas: una, a explicarle a la ministra de Trabajo las peculiaridades del mercado laboral canario; otra, para poder afirmar a su vuelta que los ERTE se van a prologar. Después añadió, como en un suspiro, que deberían prorrogarse «todo el tiempo que sea necesario». Sinceramente, es discutible que estos resultados valgan el precio de los billetes aéreos de Torres y sus acompañantes. Si se quedó la noche anterior en un hotel madrileño, ya les digo yo que no.
El jefe del Ejecutivo canario habrá visitado a Yolanda Díaz para preocuparse de la situación del empleo en su comunidad autonómica, no para enterarse si los ERTE van a prorrogarse en España. Eso se lo puede contar la ministra -o hasta una subsecretaria de Estado -telefónicamente. Hace semanas era evidente, a través de declaraciones de ministros y dirigentes del PSOE y de Unidas Podemos, que los expedientes de regulación temporal de empleo serían prorrogados.

De hecho es legalmente imprescindible hacerlo la próxima semana, cuando se cumplen los seis meses de la entrada en vigor de los primeros reconocidos por el Ministerio de Trabajo. Pero ni siquiera desde un punto de vista nacional la visita de Torres fue muy provechosa, porque no le contaron hasta cuando se prorrogarán los expedientes. ¿Hasta el próximo 31 de diciembre? ¿Durante otros seis meses quizás? Le pregunta, sin embargo, no es por qué no lo sabe Torres. La pregunta es por qué no lo sabemos todos. Por qué diablos considera este Gobierno de rozagante cinismo que los empresarios y los trabajadores deben esperar hasta las últimas horas del plazo para saber si dispondrá de la cobertura de un expediente prorrogado o no.
El presidente canario habla de una «actividad económica normalizada» como límite temporal de los ERTE. Es una opinión personal, claro. Como ha optado por una solidaria y sonriente pleitesía Torres se ve reducido a emitir opiniones personales. En la política británica, como en la alemana o la estadounidense, no resulta extraño ni materia de escándalo que un líder, un grupo de parlamentarios o un gobierno local se enfrente a la dirección de su partido. A veces broncamente, acudiendo a tribunales de justicia o rompiendo la unidad de voto. Aquí es una actitud inimaginable. Los socialistas canarios perdieron la voluntad de rechistar ante Madrid hace muchísimo tiempo y este psocialismo es, simplemente, sanchismo, una forma de propaganda posmoderna. Don Pedro se ha tragado al PSOE como una boa constrictor y todavía hace la digestión. Torre sería capaz de afirmar que si Pedro Sánchez y sus ministros no se preocupan por las demandas canarias en esta crisis de vida o muerte es porque ya llevan Canarias en el corazón. Casi fue a entrevistarse con la señora Díaz por simpatía personal. Y bueno, un poquito para contraprogramar las visitas y conversas que ha mantenido la ministra con los coalicioneros en las últimas semanas. Es algo que le pone de muy mal humor al bonachón de Torres.
«Hasta que se normalice la situación económica?» Vaya usted a saber lo que significa eso. ¿Cuándo tengamos de nuevo un 10% de desempleo estará normalizada? ¿Cuándo lleguen de nuevo doce millones de turistas? ¿O tal vez cuando las administraciones públicas recuperen los ingresos fiscales que percibían en diciembre de 2019? Fuera llueve, llueve fuerte, llueve fuego y miseria que jode, y Ángel Víctor Torres nos profetiza que el diluvio escampará cuando ya no caiga agua.
alfonso gonzález jerez (La Provincia)