VOTAR CON RIGOR Y COMPROMISO

Hoy es el día grande de la democracia, nada más y nada menos que hacer uso del derecho de elegir como pueblo soberano a nuestros gobernantes por medio de las urnas. Acto que se debe realizar con total libertad y carente de cualquier tipo de coacción o intimidación por parte de las fuerzas políticas que optan a representarnos.
En Valsequillo viene siendo costumbre inaceptable el que determinadas fuerzas políticas hagan un desembarco a la puerta de las mesas electorales en la figura de apoderados y simpatizantes que ostentan credenciales y ejercen presión o atosigamiento sobre los votantes que acuden de forma pacífica a depositar su voto.
Cierto es que cada vez es más habitual que en clara huida de estas situaciones anómalas e incómodas muchos electores opten a depositar su voto por correo, con lo que evitan las presiones habituales o el control que de forma ilegal se intenta ejercer sobre ellos. Muchas veces ni siquiera se requiere de acciones concretas para intimidar, sino de gestos, saludos forzados, preguntas inconvenientes o aparición de número excesivo de representantes de partidos concretos que generan cierta sensación de rechazo y agresividad.
Teniendo en cuenta que cada persona en el ejercicio de sus derechos es libre de tomar sus propias decisiones al margen de acciones coercitivas y que pueden ser evitadas haciendo caso omiso a las mismas o denunciando antes las fuerzas públicas cualquier acto que atente contra este derecho democrático. Cierto que genera malestar a título personal, pero nadie debe atentar contra nuestros principios básicos de sufragio y quedar impune.
Debemos tener bastante claro que cada uno de nosotros es dueño del destino de nuestros votos y que nadie puede ni debe imponernos la orientación política de los mismos, cosa muy corriente en pueblos como Valsequillo, por lo que una vez superado este trance y actuemos según nuestro criterio nos quedaremos más que satisfechos con nuestra decisión.
Eso sí, pensemos siempre que el derecho al voto y a la libre elección no lo debemos emplear a la ligera, sino que dentro de nuestros planteamientos ideológicos y afinidades siempre debemos optar por aquellas siglas o programas que busquen el interés general, que apuesten por mejoras sociales, que respeten nuestra integridad y derechos como personas, que no sean discriminatorias o beligerantes generadores de desigualdades o potencien el favoritismo fomentando el egoísmo personal.
No nos dejemos engañar por supuestos favores de última hora que en realidad son derechos, por promesas de supermercados en campaña electoral, por asfaltados a destajo que llevan toda la legislatura pendientes, por la consecución de un puestito de trabajo temporal y de miseria, por ayudas que nos ofrecen como regalo cuando son una obligación, etc.
Seamos conscientes. Votemos con rigor y compromiso, votemos de forma analítica y reflexiva, no nos dejemos llevar por cantos de sirena de última hora. Si emitimos nuestro voto de forma consecuente todos los avances que consigamos redundarán en una mejora global de la comunidad y saldremos beneficiados todos por igual.