ES DE BIEN NACIDO SER AGRADECIDO

Como de bien nacido es ser agradecido, agradezco, redundancia aparte, a la Familia Timbiriqui esta mención. Aunque mejor sería felicitarles porque con lo que ha caído y está cayendo, han podido resistir y mantenerse a flote, para que nuestras vidas sean, si no mejores, sí más alegres y llevaderas.
Porque estaremos todos de acuerdo que una vida sin humor, sin esparcimiento y sin cultura puede ser una existencia triste, tediosa y plana. Y para muestra hemos tenido este año y medio de pandemia.
En mis idas y venidas por las movidas sociales y culturales, uno de los principales escollos o problemas más frecuentes no ha sido la falta de dinero (que también, pero menos), ni de imaginación, ni de manos de obra para hacer actividades. Porque personas con empuje, ideas o iniciativas siempre hemos tenido, en este pueblo de Dios y de la Naturaleza.
El problema, repito, que desde tiempos ha hemos arrastrado ha sido la falta de perseverancia y continuidad en nuestro trabajo y actividades. Vamos, que somos más inconstantes que el carajo.
Por lo general arrancamos con un sprint y una carrerilla de coche de competición, pero a renglón seguido nos vamos desinflando y arrugando como las sopladeras que han sido pinchadas o zurrones de baifos expuestos al sol. Y vuelta a empezar.
Por eso nos alegramos cuando grupos o colectivos humanos, llámense: Timbiriqui, Medio Jigo p’al Kilo, Lomitos de Correa, Rancho de Ánimas, Asociación Cultural de Tenteniguada o La Parada del Rincón, El Naciente, etc…; traspasan la barrera del sonido y tiran palante a trancas y barrancas y llegan más allá de lo previsto.
Y para terminar, que no siempre tiene uno posibilidad de arengar a la peña, aprovecho la coyuntura para instar y animar a las instituciones, y más concretamente a nuestros representantes más inmediatos, para que en lo posible inviertan dinero, energía, tiempo y mucha imaginación en Cultura, para que alguna vez deje de ser la cenicienta o la mal querida de la película. Ya que como decía alguien: “puede que no nos haga más libres y sabios, pero tampoco nos hará más esclavos y totorotas de lo que ya somos de por sí” (con perdón).
Concluyendo, Luis y Aroa o Familia Timbiriqui, sigan haciendo los payasos y relajientos, que al menos mi tensión arterial y mi corazón se lo agradecerán.
Que así sea. ¡¡Gracias a todos!!
ARENGA DE LELO DEL PINO EN LA CLAUSURA DE LOS 15 AÑOS DEL TRES DÍAS DE FARÁNDULA