LA MEMORIA Y LA FRAGILIDAD
A veces la memoria es demasiado frágil y tendemos a olvidad nuestro pasado, condenándonos a repetirlo continuamente. La propia historia de la humanidad así lo ha descrito desde la noche de los tiempos.
Hace escasamente un mes estábamos rememorando que España despenalizó la homosexualidad y la transexualidad hace cuarenta años; un titular erróneo, ya que hace cuatro décadas lo que dejó de estar en vigor fue la figura punitiva que afectaba al colectivo LGTBI en la Ley de Peligrosidad Social, pero la realidad es que a las personas transexuales y homosexuales se nos siguió persiguiendo hasta el año 1988 con el artículo 431 del Código Penal por escándalo público: “ El que de cualquier modo ofendiere el pudor o las buenas costumbres con hechos de grave escándalo o trascendencia incurrirá en las penas de arresto mayor, multa de 5.000 a 25.000 pesetas e inhabilitación especial”.
Anteriormente a la Ley de Peligrosidad estaba la de Vagos y Maleantes, desde 1954 a 1970, por la que miles de personas LGTBI fueron a parar con sus huesos a las cárceles del franquismo, ya con la democracia instalada. Un ejemplo de ello es el campo de concentración de Tefía, en Fuerteventura, porque llamar cárcel a aquellas barracas en medio del arenal, donde los presos eran sometidos a trabajos forzados, serían un mero eufemismo.
Es por lo que hoy es importante recordad, cuando la extrema derecha ha asomado algo más que el hocico, mostrando ya sus afiladas garras, y que sin ningún tipo de complejos dicen que vienen a llevarse de por medio todos los avances en derechos civiles logrados durante la democracia como el matrimonio igualitario, la Ley de Violencia de Género e, igualmente, realizan un ataque frontal contra las personas transexuales, que hemos tenido el dudoso honor de aparecer en mención específica para arrebatarnos los derechos sanitarios, así como las leyes de igualdad LGTBI.
Produce una extrema consternación ver a jóvenes votando y apoyando esta formación política de extrema derecha desde un desconocimiento profundo del dolor y sufrimiento que vivieron cientos de personas, ya sea por cuestiones políticas, ideológicas o razón de su orientación e identidad sexual y/o expresión de género en este país que nos ha tocado a todos y a todas vivir y hasta padecer.
Sí. A veces las memorias son demasiado frágiles y hacen verdad que el ser humano es el único animal capaz de involucionar dentro de su propia evolución. Pero no hemos llegado hasta aquí para entregar lo que han sido logros históricos en materia de derechos e igualdad y diversidad, tanto en el feminismo como del colectivo LGTBI, luchas paralelas y hermanas que se han fundido la una con la otra a lo largo de la historia. No vamos a dar ni un paso atrás y de frente nos encontrarán.
CARLA ANTONELLI (Activista transexual tinerfeña)