FIDENSITA
Dicen las malas lenguas que la gente de Valsequillo partimos un higo pa completar el kilo (pero echamos la cuenta) queriéndonos decir agarraos, pero eso es mentira lo que somos es justos porque no echamos más pero tampoco menos. ¡Oh! pa que se den cuenta de esto, resultó de ser que una vez fue uno que no era de aquí y discutiendo con Paco Macías, éste se despistó y aquél le metió un cachetón que sonó como cuando estás inflando una soplaera y se te se estralla, esto pasó delante del bar de Eusebito. Paco, cuando cogió resuello, partió a correr como un tiro detrás de aquel penco que huía asombrado delante de él, llegaron al Calvario y el perseguido miró para atrás a ver si ya había pasado el peligro y nanay de la China, atrás venía Paco con la cara encochinada corriendo todo lo que podía para alcanzarlo; sigue aquel hombre pa bajo y cuando llegan a la altura del Cercadillo, vuelve a mirar pa trás y allí estaba Paco sin desfallecer; cuando llegaron a Luis Verde, otro tanto de lo mismo y el que huía, con la cara blanca como un papel y seguro pensando:¡chacho! ¿y este jodío no se va a parar nunca? y pa’lante, uno corriendo alante y el otro atrás; y así fueron pasando por todos los sitios, uno alante, otro atrás hasta que llegaron a la altura de la Caravana Chica hoy en día (como dice el Chaqueta) el bar El Paso que también se llamó ay mas allá el bar Capirote y hasta allí llegó Paco que, afisiado como un perro, no lo pudo coger porque si no le hubiera dado justito lo que aquel bandío le dió a él. Con el tiempo se supo que aquel individuo, y perdonen el modo de señalar, fué José Luis "patas largas" el cual hizo honor a su dichete, aquellas largas patas lo salvaron de la jentina que le hubiera dado Paco. Dicen que el miedo da alas, pero este hombre más bien parecía un reactor.